Lechuga
no. Ni escarola ni berro ni cosa verde que salga de la tierra. ¡Esa
es comida de caballos!
Tampoco
pájaros. Ellos son nacidos para mostrar el prodigio del vuelo. Salvo
la perdiz. No hace cosa alguna y es mejor servida en escabeche.
Pescado
sí. También frutos de mar.
Son
bocado del marino.
Atracón
del pirata.
Dentellada
del náufrago.
Tomate
por supuesto, es deleite americano.
Bartolomé
de las Casas lo juzgó la manzana prohibida.
¡Sus
jugos son el aplauso del diablo!
¿Y
las pastas, las tortillas, las paellas?
¡Estas
son comidas de tumulto!
Y
todo regado con buen vino.
¡Yo
quiero una flota de uvas marineras!
¿Y
las papas, las cebollas, los pimientos,
librando
una danza que fosforece en las cazuelas?
¿Y
los pollos dorados y los patos en naranja? ¡Oh!
¿Y
las cacerolas con sus mínimos conejos?
¿Y
las nostálgicas vacas
y los cerdos roncadores santificando las parrillas?
¡Que
los embutidos no se duerman!
¡Son
los señores de la pólvora en la guerra de las bocas!
¿Y
los quesos? ¡Ah los quesos! ¡Picantes, generosos, inmortales,
embebidos
en coñac y salpicados con granos de pimienta negra!
¡El
queso es el pan de los héroes!
Y
todo regado con buen vino.
¡Yo
quiero una flota de uvas marineras!
El
alcaucil es verde pero es una excepción.
¡Su
corazón es el tobogán de la saliva!
También
la albahaca es verde pero es la reina del aroma
y
en bodas con el ajo dan goce tan alto que el paladar
es
un cielo surcado por los pechos voladores
de
la mujer voladora más hermosa.
¿Y
la aceituna que descarozada y con morrones
hacen
de la lengua una catedral?
¡Oh,
aceituna, portadora del aceite bueno!
Luego
el guiso.
El
guiso es la comunión de todas las cosas.
El
rito mayor de las fogatas.
El
guiso es la peregrinación de los sabores
concentrados
en la plaza mayor de cada boca.
Y
todo regado con buen vino.
¡Yo
quiero una flota de uvas marineras!
La
cocina es la sala de ensayo del poeta.
La
ocurrencia del payaso.
El
tanteo del mago.
¡La
cocina es el telescopio de Copérnico!
¡Ocupemos
las cocinas del mundo
y
hagamos la revolución de las comidas
para
desterrar al hambre definitivamente
y
que ni uno solo falte en esta mesa!
Y
todo regado con buen vino.
¡Yo
quiero una flota de uvas marineras!
HUGO
TOSCADARAY
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